viernes, 18 de diciembre de 2009

¡Abre la puerta!

Sara es una chica de 13 años, hace un mes que su abuela murió y la internaron en un centro de acogida ya que no tenia mas familia. Paso allí una larga temporada hasta que una amable familia con una hija de la edad de Sara, se la llevaron a su pueblo.
Durante el trayecto estuvieron hablando e hicieron las presentaciones:
-Hola soy Clarís- dijo la madre.
-Yo soy Javi- dijo el padre.
En el coche, a mi lado sonó una voz con bastante timidez.
-Yo soy Celeste-dijo la niña.
-Hola soy Sara-dijo dirigiéndose a la familia.
Sara miró por la ventanilla y vio un pueblo precioso y frente a ella una enorme casa.
-¡Sara vente conmigo y te enseño nuestra habitación!- exclamo Celeste
Las dos subieron unas escaleras y vio tres puertas la primera era su habitación, era preciosa de colores pastelosos, la segunda era la habitación de su madre y de su padre. La ultima puerta al fondo del pasillo tenia símbolos. Sara se acercó y tuvo el impulso de abrirla pero de repente:
-Sara ven que te voy a enseñar el resto de la casa- dijo Celeste
Era la hora de cenar y subió a su cuarto con Celeste, pero vió algo que le impresionó porque la puerta no estaba. Le preguntó a Celeste que le contestó:
-¿Qué puerta? ahí nunca ha habido una puerta, anda vamos a dormir que estás muy cansada-dijo Celeste.
-Tienes razón, seguro que habrán sido imaginaciones mías-dijo Sara.
Al pasar el tiempo la puerta aparecía y desaparecía y nadie la veía, hasta que un día Sara la abrió.
¡Pom! se escuchó, la puerta se cerró la intentó abrir pero nada, una luz cegadora la iluminó y apareció su familia.
-Por fin has abierto la puerta-dijo Celeste.
-¿Qué, me podéis explicar de qué va ésto?-preguntó Sara.
-Somos magos, vivimos aquí pero por culpa del Conde Ralp nos destinaron a tu mundo-le explicó Clarís a Sara.
-¿Y yo que tengo que ver?-preguntó Sara con intriga.
-Pues necesitamos a una niña mortal que nos pueda ayudar en nuestra batalla?-dijo Javi.
-¿Y porqué yo?-preguntó Sara.
-Por qué cuando te vimos, nuestros colgantes se iluminaron y esa es la señal de que tú eres la elegida-dijo Celeste.
-¿Nos ayudarás a destruir a Ralp, recuperar nuestro mundo y nuestras varitas?- dijo Clarís desesperada por oír un sí.
-Sí, será emocionante-dijo Sara entusiasmada.
Tenían que ir a la torre mas alta, pasaron charcos, selvas, pantanos, el cansancio era inmenso, tras varias horas de camino sin descanso vieron la ansiada torre. Estaban junto a la torre cuando de repente se abrió una trampilla.
-¡Ahhhhhhhh!- gritaron todos a dúo.
Al recuperarse del susto abrieron los ojos y vieron que estaban atados con cinta aislante.
-¡Juajajaja! ¡estáis atados, nunca saldréis! ¡sois míos!-exclamó el Conde Ralp con alegría por tenerlos hay atados.
Vieron las varitas encima de la mesa. Sara tuvo la idea de sacar barriga para soltarse, pareció increíble pero se soltó. Sin que Ralp se diera cuenta de que Sara había cogido las varitas se las devolvió a su familia.
-¡Nooooooo!¡es imposible, derrotado por una niñata y tres magos!¡volveré y os mataré!-exclamó Ralp mientras que Clarís pronunciaba sus conjuros.
A Ralp lo enviaron a otra dimensión y nunca se le volvió a ver, su pueblo mágico estaba liberado de la maldad y la codicia.
-¡Sara por avernos ayudado te concedo un deseo!-dijo Clarís.
-Me gusta todo esto pero me gustaría volver con mi abuela-respondió Sara.
En menos de tres segundo estaba en su casa con su abuela. Se llevó una piedra de aquel lugar para recordar su aventura.

By:Lorena Lupión Alabarce

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