Todavía recuerdo que tras el primer rayo de sol se podía oír al Capitán Grisam decir:”Arriba pillastres, ahí que trabajar”. Todos se levantaron de la cama e íbamos a proa a que nos adjudicaran nuestra tarea.
Un día navegando como cualquier otro, de la nada se nos puso una densa niebla que no nos permitía la visibilidad. El Capitán intento como pudo mantener la calma de la tripulación, pero de repente el barco chocó y se abrió un agujero en la parte baja, tras media hora y después de intentar achicar el agua se hundió.
Cada uno luchó como pudo por mantenerse con vida, yo nadé y llegué a una isla preciosa. Allí me quedé dormido en la arena .
Al siguiente día vi que no era el único superviviente así que optamos en ir todos a explorar la isla. En nuestro camino recogimos la comida y los palos que nos encontrábamos.
Al pasar unas horas y tras deliberar lo que íbamos hacer cogimos todos los palos e hicimos una cabaña bastante sólida ya que Erik era constructor.
Allí teníamos frutas, pescado y refugio. Desde ese día estamos allí y no nos importan porque vivimos muy bien.
Creado por Lorena Lupión Alabarce
le falta foto
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